La acreditación en Estados Unidos es una herramienta crítica utilizada por universidades y otras instituciones de educación superior para mantener y reforzar su calidad como parte de un proceso de mejora continua. La mejora institucional ha sido un aspecto central de la acreditación regional de los Estados Unidos desde su fundación hace más de un siglo.
El valor que tiene esta acreditación adopta formas distintas, dependiendo de quién es el beneficiario. Por ejemplo, para la sociedad toda, el valor del sistema de acreditación radica en contar con un sistema de educación con garantías de calidad; para el gobierno, la acreditación actúa como requisito de los programas estatales de ayuda financiera a los estudiantes; para los empleadores, la acreditación les permite evaluar las credenciales académicas de sus potenciales empleados; y para las universidades, el valor está en contar con ella como una herramienta de mejoramiento continuo que, adicionalmente les sirve para compararse con sus pares y competir en términos de calidad objetivada.
El sistema en su conjunto reúne a más de 3 mil 500 voluntarios entre los que se cuentan rectores de universidades y directores de escuelas, directores docentes, profesores y expertos universitarios en finanzas, servicios estudiantiles, de biblioteca y tecnología. Todos ellos conforman equipos visitantes y comisiones de evaluación.
Cada acreditador regional debe ser reconocido por el Ministro de Educación de los EE.UU. como una autoridad de confianza en la calidad de la educación y la formación impartida por las instituciones de educación superior que acredita. Cada agencia debe someterse a una revisión que entrega recomendaciones al “National Advisory Committee on Institutional Quality and Integrity” (NACIQI) [Comité Nacional de Asesoría de Calidad Institucional e Integridad].
Bajo las directrices del “U.S. Department of Education” (USDOE) [Ministerio de Educación de EE.UU] la agencias regionales de acreditación, están sujetas a unos 100 requisitos distintos como parte del proceso de reconocimiento. Entre estos criterios está la existencia de capacidades para asegurar que tienen normas para evaluar el éxito de una institución con respecto al rendimiento de los estudiantes en relación a la misión de la institución, los planes de estudio, profesores, instalaciones, equipos y suministros, la capacidad fiscal y administrativa, los servicios de apoyo al estudiante, la contratación y prácticas de admisión, medida de la duración del programa y el registro de quejas de los estudiantes.